Aprovechando el día mundial de la mujer y preocupada por la percepción que tienen los hombres de las mujeres en temas como “ellas no saben de carros, ni de tecnología”, he decidido hacer una defensa a la mujer, más ahora que se ha demostrado que a nosotras no nos atropella la tecnología y por eso la compramos.
Empecemos por hablar de lo importante que se han vuelto las mujeres consumidoras de productos tecnológicos. Ellas, -o nosotras- se fijan en esos detalles que los hombres dejan de percibir. El color, el tamaño, la calidad, el precio y hasta en los botones de cada aparato. De ahí que el diseño de los productos tecnológicos también sea un factor de decisión al comprar este tipo de productos. Y en esos pequeños detalles, las mujeres sí que somos expertas.
Recientemente leía un artículo publicado en Argentina, titulado “La tecnología dejó de ser cosa de hombres”. Así es, solo basta con ir a un retail y ya no se ven sólo a los hombres mirando y probando sistemas de audio, televisores, computadores, impresoras, etc. Precisamente la independencia económica de la mujer es lo que “gracias a Dios”, nos da independencia para comprar lo que nos gusta y antoja. Es más, los vendedores de tecnología, deberían aprovechar los CRM para conocer las preferencias de los esposos y esposas y así tener mayor oportunidad de vender. Imagínese que a un señor le llegué a su oficina una carta que diga algo así: “Señor XXX, su esposa cumple años la próxima semana. Le recordamos que ella hace cuatro años compró un laptop y es el momento de cambiar. Le tenemos un computador de nueva generación, el cual usted puede regalarle pagando con tarjeta de crédito y se lo enviaremos a su esposa el día de su cumpleaños”.
Esto no es imaginación. Las mujeres tenemos gran influencia en la decisión de compra de los hombres, así como tenemos capacidad de comprar y que quede claro, nos gusta comprar tecnología. Un buen CRM, bien aprovechado, perfilando a sus clientes, sería una herramienta para ganarle a la competencia.