Por : Connie Pazos. Bogotá. Revista AméricaEconomia.
El escritor argentino Miguel Cané dijo en 1883 que Bogotá era la Atenas de América del Sur. Pero los penosos procesos políticos y sociales del siglo XX hicieron que muchos le llamaran coloquialmente la “Apenas” sudamericana. El juego de palabras no era gratuito. A los pies del Señor de los Milagros del cerro de Monserrate, la ciudad se extendía al ritmo de los miles de inmigrantes desplazados por la violencia de otras zonas del país. La ciudad creció en inseguridad, desorden y en la incapacidad del gobierno municipal de hacerse cargo de los problemas.La gestión de tres alcaldes en los 90 cambió la historia. Jaime Castro le devolvió la gobernabilidad perdida. La pieza maestra de su gestión fue crear el Estatuto Orgánico que incluía una reforma tributaria que permitió sanear las finanzas públicas de la capital. En dos años (1993 y 1994), los ingresos tributarios de Bogotá crecieron el 120%. Luego, Antanas Mockus profundizó el saneamiento y le enseñó a la ciudad a convivir civilizadamente. La administración de Enrique Peñalosa remató con un esquema de inversiones para hacer de ella una Atenas moderna y con visión de largo plazo.
6 de agosto de 2007
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1 comentario:
Connie, ahora nuestro reto es votar por uno de los alcaldes que le dió algún sentido a esta ciudad. Peñañosa es nuestra opcion, no permitamos que se pierda más tiempo con administraciones mediocres como la actual.
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